miércoles, 28 de noviembre de 2012

pedro salinas



                 http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/f/f0/PedroSalinas.jpg                            PEDRO SALINAS

Madrid, 1891 - Boston, 1951) Poeta español, miembro de la Generación del 27, en la que destacó como poeta del amor. Profundo intelectual y humanista, Salinas estudió las carreras de derecho y de filosofía y letras. Fue lector de español en la Universidad de París entre 1914 y 1917, año en que se doctoró en letras.
En la década de 1920 comenzó una asidua colaboración con la Revista de Occidente y fue catedrático de lengua y literatura españolas en las universidades de Sevilla y Murcia. Trabajó como lector de español en Cambridge. Junto a Guillermo de Torre dirigió la revista Índice literario (1932-1936). En este último año emigró a Estados Unidos, donde se desempeñó como profesor en distintas universidades, y allí vivió hasta su muerte, salvo algunos períodos en que dictó clases en la Universidad de San Juan de Puerto Rico.
Poeta subjetivo, heredero de la tradición amorosa deGarcilaso de la Vega y de Gustavo Adolfo Bécquer, el gran tema de su poesía fue el amor, a través del cual matizó y recreó la realidad y los objetos. En su producción se pueden distinguir tres etapas. La primera, de poesía pura, influida por Juan Ramón Jiménez, abarca desde los inicios hasta 1931 (Presagios, 1924; Seguro azar, 1929 y Fábula y signo, 1931).
La segunda alcanza hasta 1939 y fue la de la poesía genuinamente amorosa, fruto de su apasionada relación con la profesora norteamericana Katherine Whitmore. En ella celebra el amor que da sentido al mundo; la amada es una criatura concreta, en un espacio cotidiano, con la que el poeta mantiene un coloquio continuo. El amor de su lírica no es atormentado y sufrido; es una fuerza prodigiosa que da sentido a la vida (La voz a ti debida, 1933; Razón de amor, 1936 y Largo lamento, 1939).
Las obras de esta etapa se nutren de una lírica en segunda persona, vocativa, dirigida a la imagen de la amada, envuelta en las circunstancias externas de la vida actual: relojes, teléfonos, playas, calles, publicidad, automóviles y calendarios aparecen en tal poesía cambiados y transfigurados. La mujer es vista en una perspectiva de proximidad, como una amiga que se convierte en amada al contemplarse reflejada en el "espejo ardiente" que el amor le ofrece. Tal actividad poética, en la que se utilizan elementos métricos muy tenues y leves (metros cortos, con asonancias de una gran flexibilidad, que subrayan el ritmo interno de las metáforas, las ideas y la fluida elocución), halla su mejor representación en La voz a ti debida, obra que ha influido profundamente en la poesía española.




                        Perdóname por ir así buscándote



                         Perdóname por ir así buscándote                         
tan torpemente, dentro
de ti.
Perdóname el dolor, alguna vez.
Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.
Ese que no te viste y que yo veo,
  nadador por tu fondo, preciosísimo.
Y cogerlo
y tenerlo yo en alto como tiene
el árbol la luz última
                   que le ha encontrado al sol.                   
Y entonces tú
en su busca vendrías, a lo alto.
Para llegar a él
subida sobre ti, como te quiero,
tocando ya tan sólo a tu pasado
con las puntas rosadas de tus pies,
en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo
de ti a ti misma.
Y que a mi amor entonces le conteste
la nueva criatura que tú eras.



Comentario del Poema: “Perdóname por ir así buscándote


El poema refleja la búsqueda del “Tú” esencial, de la esencia de la mujer, de su personalidad más íntima y verdadera, escondida detrás de las apariencias. El poeta desea encontrar “tu mejor tú”(v.6), aunque el proceso pueda resultar doloroso .
 No estamos, pues, ante un amor imposible, pero sí difícil. La necesidad de autenticidad introduce esta dificultad en el hecho amoroso. No se busca a una mujer más, sino al “Tú” ideal, y este proceso puede producir Precisamente por este punto comienza el poema: una doble petición de perdón, por la torpeza en la búsqueda (1-3) y por el posible dolor causado (4), aunque siempre con intención positiva, ya que se desea encontrar “tu mejor tú”, el ser escondido en un fondo “preciosísimo” (5-8).
 A partir de este momento, el poeta habla como si la búsqueda hubiese dado ya fruto (9-12), y se vuelve a iniciar un nuevo proceso de búsqueda, esta vez por parte del tú (13-22), que encontraría su auténtico ser, libre de pasado (17-18) y dispuesto a amar. Se cumple un proceso de purificación de la amada para encontrar su auténtico ser, un proceso de abandono de todo lo anecdótico (se ha hablado de un “misticismo profano” en Salinas: vía purgativa (catarsis) y vía unitiva: unión amado-amada. En este poema es más aprecieble el ascetismo, el proceso de perfeccionamiento).
Sorprende el aparente contrasentido del último verso (“la nueva criatura que tú eras”): el poeta busca no a una mujer distinta, sino a la que ya era (en el libro ya asistimos con anterioridad al encuentro amoroso plenos del “tú” con el “yo”) y dejó de ser. Manifiesta la necesidad de recuperar un ser desprovisto de pasado y que transciende lo superficial; es el “ansia/ de irse dejando atrás/ anécdotas, vestidos y caricias,/ de llegar,/ atravesando todo/ lo que en ti cambia,/ a lo desnudo y a lo perdurable” (vv. 838-844; estos versos nos pueden aclarar el sentido del texto que analizamos). El poeta ha visto cómo la mujer, el “tú’, ha ido cambiando (v. 853) hacia lo inauténtico, y él desea recuperarla. Se considera “poseedor” del espíritu verdadero del “tú” (v. 856), pero es ella quien debe buscarse a sí misma..


La estructura, ya esbozada en la explicación, puede ser resumida en el siguiente esquema:
1-12: Búsqueda por parte del Yo
1-8: Petición de perdón por la búsqueda
9-12: Encuentro del tú esencial
13-22: Búsqueda por parte del Tú. Proceso de catarsis.





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